“Tecnología”, del griego τέχνη (se pronuncia “téchnē”) que quiere decir arte, oficio o destreza. Por lo tanto, la tecnología no es una cosa sino un proceso, la capacidad de transformar o combinar algo ya existente para construir algo nuevo; o bien darle otra función. Desde este punto de vista, podemos decir que la tecnología es el arte o capacidad del ser humano de crear, transformar, combinar, diseñar, innovar, modificar; ya sea su entorno material o virtual, por medio de bienes y servicios que faciliten la adaptación al medio ambiente y también para satisfacer tanto las necesidades esenciales como los deseos propios.
La tecnología ha influido de manera positiva pero también de manera negativa en muchas áreas de nuestra sociedad. Por ejemplo, de manera positiva en el área de la industria, con la implementación de nuevos métodos de producción mucho más económicos y ecológicos; en la medicina, con nuevos métodos revolucionarios de operación a través de la nanotecnología; el uso de cámaras y objetos microscópicos para las cirugías, entre otros. También ha marcado nuevas formas de combustión de vehículos y máquinas industriales en el área de la ecología, favoreciendo así la disminución de gases invernaderos. Lamentablemente no todo es color de rosas, actualmente estamos presenciando una de las problemáticas más grandes de nuestra sociedad a expensas de las nuevas tecnologías, ya que el uso de máquinas tecnológicas está sustituyendo en gran parte la mano de obra, provocando un aumento en la tasa de desempleos y desencadenando así, una crisis económica y social en todo el mundo.
La tecnología es algo de un sabor muy agridulce, ya que por un lado la existencia de esta abarca una serie de problemáticas en nuestra sociedad, pero también, como se mencionó anteriormente, es el arte de nosotros los seres humanos de crear, transformar cosas para facilitar nuestra adaptación en este planeta tan raro y complicado.